El Modelo
 

Y cuando dejó caer su albornoz y sintió el frío sobre su piel apenas pudo levantar la mirada para enfrentarse a los ojos de quienes le miraban. Sin posibilidad de ocultar nada enfrentaba su desnudez a la vista del mundo

Intentaba aislarse en sus pensamientos mientras clavaba sus ojos en aquella lámpara que iluminaba el fondo de la sala. Sabía que no lo miraban a él si no a su cuerpo 

Pero no pudo dejar de observar una sonrisa en los labios de aquella cara conocida, su vecina, que aunque parecía absorta en su trabajo parecía dar a entender el morbo que le causaba verlo allí, desnudo, a la vista.

Todo había empezado cuando un amigo suyo le había dicho que tenía madera de modelo. Èl que no tenía un cuerpo espectacular y tampoco era ni guapo ni atractivo especialmente. Había empezado por un simple retrato al carboncillo y allí estaba ahora, en mitad de una sala con más de media docena de ojos observándole.

No era una escuela de pintura famosa, pero sí que tenía suficientes alumnos como para permitirse el lujo de tener un modelo de verdad, de pintar al natural. Y allí estaba èl, de modelo.

Lo que le cortaba era que a dos de los alumnos los conocía. A su propio amigo y (¡Oh sorpresa!) a su vecina. A pesar de esto lo habían contratado y, aunque no necesitaba el dinero, tenía que cumplir con su contrato 

Llevaba un rato dándole vueltas a la cabeza, subido a ese pedestal, temiendo que el morbo que sentía se transformara en una situación incómoda para él, que lo retratara de otro modo que no quería 

Cuando terminó le dolía tanto el cuerpo, entumido por la inmovilidad, como el amor propio...no había podido controlar su cuerpo y, encima, nadie le había pedido parar o descansar lo que le hubiera evitado la vergüenza de mostrarse en aquella situación tan intima e incómoda.

Ya vestido y aseado al salir volvió a ver esa cara conocida, con esa sonrisa que tanto le incomodaba 

-Hola Raúl

-Hola Inés- Dijo él deseando terminar pronto 

-No sabía que te dedicaras a esto

-No me dedico, es la primera y creo que la última vez- La cortó él abruptamente 

-Cuesta ¿eh?... Lo sé, he pasado por ello

-¿Cómo? - Declaró sorprendido él

-Yo también he sido modelo, he posado como tú en ese aula. Me hacía falta el dinero... y tenía ganas de probar 

-¿Y te gustó? Yo lo he pasado fatal- Se sorprendió él preguntando 

-Bueno, cuando lo haces varias veces... como todo, cuestión de práctica

Sin saber cómo acabaron caminando juntos, casi amigos, quedando para probar él en casa de ella. Posar para ella, aprender, que todo tiene su técnica.

Ella no era una pintora consagrada, pero ya vendía sus cuadros en alguna sala.

Al día siguiente ella le recibió con su bata de faena, con restos de pinturas de mil colores. Él, con su timidez recobrada, se fue despojando de su ropa.

Ella detrás del lienzo, evitaba mirar y preparaba el material

-¿Estás nervioso?

-Un poco la verdad 

-Cuando estés preparado dímelo 

-Cuando quieras- dijo él ya desnudo y procurando mirar a la lámpara del techo-

De pronto algo tapó su visión, algo multicolor... ¿La bata? ¿“Su” bata?

Miró instintivamente al lienzo, a su artista 

Allí estaba ella, espléndida con su paleta en una mano y un par de pinceles en la otra... Nada más... y nada menos... Era espectacular, bellísima

Embobado en su cuerpo, el de ella, apenas si reparaba ni en su pose ni en si mismo... ¡Qué guapa!...

Sintió el deseo con su mirada, le sonreía mientras pintaba... él se sentía absurdo, queriendo tomarla, queriendo recorrer su cuerpo, saciarse de ella a golpes de besos, caricias y lo que hiciera falta 

Saborearla en cada rincón... amarla, que lo sintiera dentro 

Y así fue, sin saber cómo, fue dejando el pedestal y acercándose a ella...

Sus manos la tomaron, la atrajeron y la recorrieron mientras ella gemía de deseo

Embobado y sin apenas voluntad propia aceptó sus besos, ardientes, mientras sentía el deseo como una brasa, quemándole

Acabaron juntos, muy juntos, unidos sin remedio y sin que sus cuerpos tuvieran fronteras

Sin nada que ocultar, nada que temer, nada que quedara sin explorar, nada que quedara sin entregar 

Dicen que en un cuadro el modelo se transforma en la representación de lo que quiere el artista, en algo suyo... Aquí ocurrió. Y también el artista quedó plasmado en su modelo 

 


 

 

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