El Amor Platónico

Siempre fuiste mi sueño imposible, mi Amor platónico. En eso no hay normas, cada cual elige a su manera, y nadie le hace cambiar de opinión. 

Yo te veía tan especial, te encontraba tantas virtudes y tan pocos defectos, tan atractiva... me costaba no pensar en ti y, como ya te he dicho en alguna ocasión, todas se comparaban contigo.

Yo tan niño y tú tan mujer, rodeada de admiradores... hasta en esa edad en la que te atreves a todo porque no tienes consciencia de las consecuencias... no, no eras para mí... o eso creía.

Me habría gustado decirte tantas cosas y estar a tu lado siempre, pero el miedo al rechazo, a que no me amaras... era tan difícil en esa época.

Después dejé de verte y dejé de buscarte en morenas, castañas y rubias... Es curioso.

Siempre te quedaste ahí escondida hasta que el recuerdo se volvió realidad. Ahí estabas, la que amaba de un modo tan real.

Guardo tu beso, lo guardo entre mis mejores recuerdos y, cuando viene a mi memoria, me sonrío y pienso que esa chica que me amó no es tan platónica, es real y siempre, siempre la amaré.

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