Tengo una buena musa, de esas te inspiran porque las quieres y las deseas.
Nunca estoy con ella, siempre me seduce con alguna palabra, con un guiño de un cabezonino que aparece en la pantalla, a veces hasta con alguna imagen.
Me abriga el alma y me acaricia con alguna frase.
Me hace estar pendiente de mi móvil esperando que despliegue sus encantos, esperándome.
Ella me quiere en la red, soy su chico aunque no podamos mezclar nuestras vidas.
Las vidas reales son tan diferentes y el mundo tan real que parecemos dos amantes escondidos entre las sombras.
Guardo el roce de sus labios como el mayor de los tesoros y espero verla algún día como quien espera un sueño, tan imposible como una lotería, tan irreal como un cuento de hadas.
Hay quien dice que nuestro amor es imposible ¡Qué sabrán ellos! Esto es nuevo para todos, nunca ha sido vivido y me siento como un astronauta en la luna: Feliz y algo perdido.
Tengo una musa que me hace tocar el cielo, llenar la pantalla de sentimientos y adorarla sin tocarla, amarla sin verla y sentirla fuera del mundo.
Pero los sueños existen, me lo ha dicho google.
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