TODO CUENTOS E HISTORIAS

Nunca había tenido una misión tan importante, nunca había ido tan lejos.

El caso es que allí estaba, recorriendo sus años luz sin prisa, pero sin pausa. Le habían dicho que aquellos seres que recorrían aquellas tierras eran muy pero que muy importantes, eran reyes.

Nadie la había dicho en realidad que era un rey, eso era cosa de humanos. ¿Y qué eran los humanos? Al parecer una fuente primitiva de energía incapaz de desplazarse a velocidad de la luz y capaz de desorientarse en un espacio tan pequeño como aquel planeta azul. Desde luego parecían importantes los que iban encima de aquellos seres taaaan feos que, al parecer, no eran humanos y se llamaban animales pero hechos de la misma energía, los llamaban camellos.

Reyes sobre camellos recorriendo un camino muy lentamente según ella. Ella se distraía cambiando de color y lanzando rayos a su alrededor, marcaba su camino con haces de luz. Estaba un poco aburrida pero como la misión era tan importante, no le importaba. La verdad es que la orden había partido de muy arriba, tan arriba que ni siquiera sabía de quién.

Y allí caminaba el extraño cortejo guiado por ella y sus serpentinas brillantes.

Ya estaban llegando ¡Había sido tan corto! Allí estaba, no tenía pérdida, el quinto pueblo a la derecha saliendo del mar y antes de llegar al lago. Debía buscar un portal, una especie de construcción pobre y destartalada donde vivían animales, no camellos, llamados bueyes pero igual de feos. A su alrededor debería de haber humanos todavía más primitivos con otros animales, no camellos, no bueyes, llamados ovejas, aunque no sabía por qué se llamaban ovejas y no "beeejas", si ellas mismas decían eso.

Qué mundo tan extraño estaba descubriendo...

Allí estaba, no sabía por qué tenía tanta luz si no había energía ni nada. Había otro animal entre los humanos y la llamaban mula. Al menos a este se le podía mirar, no era tan fea.

Había también un hombre, una joven y varios humanos con sus beeejas. La joven era muy guapa, eso hay que reconocerlo, algo callada pero muy dulce. El hombre estaba algo azorado, parecía tímido y saludaba a los que se acercaban.

Pero en medio ¡Qué cosa tan chica! Era chica chica... y era humano. La joven lo movía despacio entre unas partes móviles que tenía, arrullazos le pareció oír que se llamaban... o brazos

Y las beeejas se presentaban, y la mula chillaba, y al buey ni se le entendía. Los humanos restantes miraban a la cosita, la llamaban Niño, y todos parecían muy tranquilos pero felices.

Ya llegaban mis reyes con un grupo de humanos que parecían obedecerlos...

Ahora pondrían orden, pensé, entre tanto jaleo, ellos parecen importantes... ¿Y qué hacen estos? ¿Qué hacen tan cerca del suelo? Le dan algo al niño... Tres recipientes con cosas... Una muy brillante, otra muy olorosa y otra... ni idea de lo que es esa cosa pastosa.

¿Adorar? ¿Qué será eso?...

¡Anda! Pues no han puesto orden, más bien se han quedado como los de las beeejas...

En fin, en ese mundo tan extraño, tan lento y tan primitivo se quedó nuestra estrella, cuenta la leyenda, y se la conoció como Estrella de Belén, la que guió a los Reyes Magos en apenas un segundo de su vida y es que, la vida, es tan corta y tan intensa como el camino de una estrella... De la Estrella de Belén. 

En cuanto a los Reyes, al ver que llevaban una Estrella los llamaron Magos y como todo lo que pasó en ese portal fue tan extraordinario, desde entonces todas las personas les piden sus deseos más imposibles, sobre todo los niños. Porque los niños no entiende de imposibles...  Como la Estrella no entendía de humanos. Desde entonces la Estrella transporta a los Reyes a la velocidad de años luz, tan deprisa tan deprisa, tan seguros tan seguros y con una precisión tan tan asombrosa que convierte con los Reyes Magos a una noche en la más especial del año donde todos los deseos se convierten en realidad.

Feliz Día de Reyes.