Las luces, difusas, se juntaban ante él. Esperaba poder terminar rápidamente con ese desasosiego mientras sus manos se afanaban en limpiar con su pañuelo sus gafas.
Puestas veía el mundo con claridad y sus pensamientos se difuminaban, eso era lo malo...
Curioso el mundo de los miopes, que hasta a tientas conquistan el mundo y, sin embargo, los miopes del alma apenas alcanzan a ordenar y desarrollar sus pensamientos.
Son farolas... Con las gafas puestas todo se ve mejor.
No me quiere, ni con gafas puestas alcanzo a pensar mejor.
Bueno, solo queda caminar a casa, paso a paso...
Jamás entenderé esta complicación de mundo, donde no te quiere quien tú quieres y donde te odia quien menos te lo esperas.
¿Aún me recordará? ¿Lo hará con cariño? Yo aún la recuerdo, por no reconocer que la quiero, y me gustaría volver a verla...
Qué cerca están los contenedores de basura de casa y qué poco tiempo tienes para reflexionar...
Buenas noches
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