TODO CUENTOS E HISTORIAS

Había unas cuantas de veces, que no una vez, un extraño ser que habitaba escondido en las sombras de los sueños, tan escondido estaba que prácticamente nadie acertaba a nombrarlo y a recordarlo.

Tan solo aquellos que habían estado cerca del sueño eterno lo habían visto y, como todo lo que no se conoce, lo describían con desasosiego. Su pálido color, sus ojos de un azul casi transparente, sus orejas puntiagudas, su pelo blanco, su altura y su delgado cuerpo.

 Él no recordaba de dónde había venido tampoco, solo recordaba otro mundo lleno de seres como él entre las nebulosas de sus recuerdos, recordaba un día en que todo se movió y un viento lo arrastró al mundo donde se encontraba.

Ese mundo oscuro solo se iluminaba con unos seres pequeñitos, carentes de toda maldad, que balbuceaban y reían con él, que no hablaban pero a los que podía entender con solo mirarlos. Porque él les entendía aunque no sabía por qué leía y comprendía lo que pensaban aquellos pequeños seres. Luego crecían y un buen día desaparecían. Alguna vez, después de años reaparecían pero él ya no los conocía, habían crecido y algunos de sus pensamientos no le gustaban...y él gritaba.

Tal vez por todo ello quien podía referir un encuentro con él lo definía como un demonio. Y lo llamaron Dosenseis.

Él, 2M6, se extrañaba que le tuvieran miedo cuando solo intentaba presentarse y comprender por qué aquellos seres, al crecer, dejaban de llorar y tenían tan malas ideas. Solo buscaba tener amigos, salir de aquel mundo tan solitario y oscuro, pero sobre todo buscaba que le enseñaran el camino a su hogar perdido.

Un día, apareció un ser humano inocente, tan inocente o más que las crías que él solía tratar. Sorprendido vió que sus ideas no eran malas, no tenía maldad y todo su ser se limitaba a sonreír. Desde sus pensamientos a todo su cuerpo, incluida su eterna sonrisa era toda felicidad. 2M6 era por primera vez feliz.

Juanito, que así se llamaba su amigo, no huía. Es más, le quería.

Tras días de juegos, risas y confidencias un buen día fue abducido por otro viento gélido. Cuando consiguió reponerse se extrañó al encontrarse en un extraño lugar de paredes muy blancas, complicados aparatos llenos de cables y de tubos, donde un extraño humano le miraba junto a su amigo.  Le miraba con una mezcla de horror y sorpresa. Su amigo, en cambio, lucía una enorme sonrisa pero no parecía darse cuenta de dónde estaba. 2M6 leyó las mentes de los dos, comprendió y habló. Y mira qué él no había hablado en años...

“Hola, soy 2M6 y vengo de otro mundo. No sé dónde está ese mundo pero solo sé que quiero volver”

El padre de Juanito, que era ese hombre extrañamente vestido con una bata blanca, no salía de su asombro.

“No sé quién eres, ni sé de lo que me hablas. Yo solo estaba intentando comprender y hacer volver de su mundo a mi hijo. Él está lejos y quiero que esté aquí, en mi mundo”

2M6 le respondió “Tú hijo es feliz en el suyo, no está contaminado de malas ideas ni tiene ninguna maldad. Me ha ayudado mucho. ¿Por qué quieres que vaya a tu mundo?”

“Porque es donde debe estar, con su familia, con sus amigos, feliz” dijo el padre de Juanito 

“Él es más feliz que tú” contestó 2M6.

El padre entonces se asustó, pensó que aquel extraño ser quería llevarse a su hijo y puso en marcha otra vez sus extraños aparatos. 2M6 se vió arrastrado pero esta vez, sin saber cómo, regresó a su mundo.

Sus compatriotas, al verlo regresar y contarles él su aventura, sus años de oscuridad y soledad, lo trataron como a un héroe. Él impulsó a los sabios de su mundo para que descubrieran la manera de conectar ambos mundos. Y lo consiguieron y, cuando lo hicieron, él formó a varios de los seres de su extraña raza para realizar el viaje una y otra vez.

Desde entonces cuando en nuestro mundo vemos reír a alguna persona que consideramos "fuera de lo normal" debemos de saber que, desde su dimensión, 2M6 y sus discípulos están jugando con ellos haciéndolos, si cabe, aún más felices.