El Jarrón roto

Le costaba, le costaba mirar hacia adelante y ver lo que le quedaba de su vida, pero suspiró y siguió avanzando.

Cuando se te desmonta la vida solo tienes dos opciones: 

Una, recomponerla como un jarrón roto, aunque te falte alguna pieza que puedes sustituir por algo que nunca será original. 

La otra es sustituirla por otra, con nuevas aficiones, nuevos trabajos, nuevos amigos...

Siempre he sido de recomponerla, al fin y al cabo las piezas de un jarrón, aunque falte alguna, siempre configuran su forma y su belleza. 

Eso sí, siempre echarás de menos la pieza que falta. Y no es malo, los recuerdos no son malos, forman parte de tí e igual encuentras otra pieza que encaje.

Así que aquí estoy, con la vida recompuesta añorando la pieza que falta, componiendo el futuro sin ella.

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