Cuando uno la ve no piensa en romances, solo en conversaciones, en descubrir el mundo a través de ella.
Sin embargo, si buceas en sus ojos verdes ya no verás nada más, intentará distraerte enseñándote sus cicatrices, descubriendo los duendes tatuados sobre su piel...
Te hundirás, sin remedio.
La vida es cómo es difícil, a veces dura, y ella es una de las pocas guías. Capaz de expresar con palabras lo que nadie hace, capaz de atraerte sin despeinarse, capaz de enamorar sin sonreír.
Ella es la mujer que cualquiera puede desear pero que muy pocos entenderán.
Tras sus cicatrices, tras su máscara y sus calaveras está su encanto y su belleza.
No se puede amar lo que no se comprende, como no se puede entender a nadie sin hablar su idioma.
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