¿Cuánto es nunca jamás?-preguntó el niño-
Pues verás -contestó el padre-
Como medida de tiempo es una medida muy grande. Es como si sumaras todas las navidades, todos los veranos, pero todos todos... te comieras todas las bolsas de chuches de todos los fines de semana, todos los días de cole y los de instituto, también los de universidad, cuando hayas jugado con todos los juguetes que tienes y tendrás, aún no habrá pasado nunca jamás...
Cuando esté en el hogar del pensionista y se me caiga el bastón y aún pienses si falta mucho, pues sí, faltará... ni la “n” llevarás.
Aún cuando estés ya con tus nietos aún faltará.
Y es que “nunca jamás” es nunca jamás.
Una medida tan grande que no se puede contar.
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