Era la primera vez que sentía frío, tan acostumbrado estaba al verano que aquella sensación le resultaba extraña.
Apenas se había fijado pero era casi de noche.
Sus manos ateridas, su cara fría y el aire helaba su cuerpo.
La sensación de mantener el equilibrio y de domar la velocidad contra el viento era lo mejor que había sentido en mucho tiempo.
Nunca se había dado cuenta de cómo había echado de menos una moto, pero tampoco los recuerdos que le traía.
Cinco sentidos centrados como hacía tiempo que no notaba. O bien la rutina los había adormecido o bien él se había adormecido.
¿Qué sientes? ¿Se va bien?
Pues si, me siento a mí mismo y siempre se va bien con uno mismo.
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